Para dar más precisión, fue el 17 de marzo de 1958 que se crea el Departamento de Diseño y Decoración en la Escuela Superior de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza), lo que generó el inicio de aportes esenciales que hacen a la historia del diseño de este país y la región.
Pero previo a la consolidación académica debemos saber que el diálogo con el diseño se genera un tiempo antes, esto fue con un hecho emblemático, la monumental Feria de América (1954), acontecimiento histórico que se podría denominar un paradigma olvidado de la arquitectura y el diseño latinoamericano.
O si nos remontamos un poco más atrás debemos reconocer el trabajo de un grupo de intelectuales y hombres del poder, que fundan para 1933 la Academia Provincial de Bellas Artes y Escuela de Artes Decorativas e Industriales, aunque será para 1939, con la aparición de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y de su Escuela Superior de Artes, lo que marcará un quiebre fundacional en la formación regional.
Estos hechos puntuales no se podrían haber generado sin el apoyo estatal y empresarial, cómo tampoco sin las mentes vanguardistas de hombres (principalmente) y mujeres qué atraídos por el progreso y las flamantes casas de estudios, hicieron del territorio mendocino un ámbito en ebullición de nuevas ideas, en medio de un clima próspero y vibrante.
En este primer reporte daremos cuenta de algunos antecedentes y hacedores del oeste argentino. Aquellos que marcaron a fuego una época, para constituir la modernidad en esta tierra.
Los invitamos a navegar esta curaduría de información que invita a explorar el mundo contemporáneo sin olvidarse de los orígenes que nos trajeron hasta acá.
Bienvenidos a un reporte que pone diferentes miradas sobre el pasado, presente y futuro de la cultura y creatividad latinoamericana.
Vanguardias mendocinas
Si quisiéramos marcar un punto de inicio para hablar de la producción de vanguardias mendocinas, deberíamos remontarnos a la primera mitad del siglo XX. Los ‘50 vienen acompañados de un crecimiento demográfico que por medio de la obra pública, la que comienza a dar respuesta al agrandamiento urbano. A este auge expansivo, se le sumará un estado de prosperidad, lo que facilita la aparición de grandes tiendas y galerías comerciales en la provincia de Mendoza, espacios que darán lugar a nuevos modos de vida, consumo y experiencias creativas.
Para poner en contexto, esto surge bajo una coyuntura económica favorable, iniciada en los años 30 pero se ve acentuada con la implementación de las posteriores políticas de importación y de subvención estatal, con un Estado presente el panorama productivo torna hacia una tímida pero válida diversificación.
Galerías Kolton y Tonsa, lo tenían todo
Las nuevas formas de transitar las calles comienzan a ser parte del cotidiano urbano, reflejo de esto son las galerías Kolton y Tonsa -el antecesor a los nuevos modos de circulación urbana había sido el Pasaje San Martín, para 1926- edificios inaugurados en 1958 para tenerlo todo; desde vestimenta, objetos de consumo, ocio, arte, hasta novedosos supermercados (se encontraba el Supermercado SIAM en el subsuelo de la moderna Galería Tonsa).
En cuanto a las galerías Kolton podríamos suponer que se inspiraron -probablemente- en el Edificio del Pacífico porteño, como se conocía la actual Galería de Pacífico, el que fue idea para albergar fuera de París el Bon Marché Argentino. Volviendo a Kolton, debemos saber que este edificio fue pionero en la construcción en altura en la capital mendocina, contando con oficinas y viviendas colectivas en sus pisos más altos.
Cuando hablamos del complejo comercial Tonsa debemos mencionar una de sus mayores particularidades para la época, el mismo posee ingresos por tres calles –Avenida San Martín, Catamarca y San Juan–, sumando una torre habitacional en cada entrada. En el corazón de la manzana está la cúpula que representa el sol y permite filtrar la luz a través de rayos, ilumina los dos niveles y el subsuelo central. Una escalera en voladizo irrumpe en su triple altura y recorre un conjunto de murales titulado «Los tres elementos», ubicados por piso: el de abajo representa el agua; el del plano intermedio, la tierra; y el último, el aire.
A nivel conceptual podemos identificar que sus autores -José Bermúdez, Luis Quesada y Mario Vicente- ya se encontraban alejados de conceptos vertidos en el Taller Popular de Arte Realista (1952-1955), por lo que acuden a la abstracción y los recursos de síntesis formal del diseño. Para ejecutar esta construcción se utilizó la técnica de cemento martelinado, la que desarrollaría Vicente.
Con tres décadas de diferencia, los flamantes corredores pasaron de aquella arquitectura ecléctica con gran acento francés a una de corte netamente moderno, respondiendo a la vanguardia mendocina que se respiraba para finales de los ‘50.
Hay que destacar que para la época la mirada se encontraba orientada hacia lo que acontece en Buenos Aires –que hace lo propio con lo que sucede en las metrópolis europeas– esto podrá ser verificado en las tendencias formales y los arquetipos de ciudad.
The Sportsman, boutique de ropa masculina
Referido a lo antes mencionado, hay un caso a destacar, la sastrería The Sportsman, la que recrea cierta estética inglesa, teniendo presente que “lo inglés” ya se encontraba reproducido en Buenos Aires mediante la tienda Harrods –la única sede fuera de Inglaterra, su país de origen–. Para 1940, en la esquina de la Avenida San Martín -la calle principal del centro de la capital mendocina- y la calle Entre Ríos se instala esta boutique de ropa masculina, la que había nacido en la provincia vecina de San Juan en 1919, bajo el espíritu emprendedor de José Gil y Paulino Peñalva. Pero la empresa consolida su estilo vanguardista, recién cuando se incorpora Andrés Peñalva -segunda generación-, quien convoca a Yoyo Giudicce como responsable de la comunicación, apostando fuertemente a la publicidad cómo motor de visibilidad. La estrategia comunicacional se desarrollará de manera integral, tal es así que se instala un taller-estudio dentro de la misma tienda, para pensar la estética de los espacios, la gráfica para los productos, las piezas audiovisuales -para ser reproducidas en televisión- y hasta sus vidrieras, las que se convertirán en verdaderas atracciones, bajo el dominio de un juego de maravillosas perspectivas e interactividad, con la intención de causar gran asombro entre los caminantes de la ciudad, cómo cuando se convocaron modelos vivos a modo de maniquíes.
Así cómo surgen nuevas maneras de transitar la ciudad, también comienza un cambio en el cómo habitar los espacios, el interiorismo mendocino demanda otros formatos que se adapten al moderno estilo de vida que se va gestando a la luz de la prosperidad.
Only, mobiliario para oficina
En este contexto, quien da respuesta a lo nuevo, será la firma Only, que de la mano de Iván Bacsinszky, se convertirá en una próspera plataforma generadora de proyectos. Aquí se produce y comercializa mobiliario para oficina, bajo esta propuesta se convierten en los responsables del equipamiento del mobiliario de ambiciosas propuestas, tanto del ámbito estatal cómo del privado. El mobiliario de Only se hace presente en Casa de Gobierno, el Gran Hotel y el Centro Cívico de Potrerillos.
Only se constituye con un marcado perfil innovador, es por eso que toma la licencia para Mendoza, de los muebles del danés-estadounidense Jens Risom –un ícono del movimiento moderno, socio de Hans Knoll y uno de los precursores del diseño escandinavo en EEUU.–, pero no pierde de vista lo local, en Only también se modelan piezas de madera a pedido del Arq. César Jannello -de quien nos ocuparemos con mayor profundidad en los siguientes párrafos-.
Dentro del medio, Only cobra gran importancia como productora de mobiliario, tal es así que su estructura interna al igual que su estrategia empresarial, tiene una taxativa correlación con Comte, empresa porteña dirigida por Ignacio Pirovano. Esto se puede comprobar ya que ambas empresas se posicionan como un modelo a seguir en lo referido al estilo de su época, ponen sus esfuerzos en convocar a diseñadores de jerarquía y de afianzar su posicionamiento comercial mediante la participación en licitaciones de relevancia.
Es oportuno saber que el Centro de Diseño de Comte llegó a contar entre sus filas con Tomás Maldonado y con los integrantes de la Organización de Arquitectura Moderna (OAM) Horacio Baliero y Juan Manuel Borthagaray. Estás personalidades de enorme relevancia serán quienes impulsen un giro en los servicios de ambientación de la mueblería, lo harán mediante el cambio en las representaciones gráficas de los espacios: ya no serán las clásicas acuarelas sobre cartón para exhibir las propuestas de la marca, si no que harán uso de perspectivas grilladas y recursos como el collage para potenciar y resignificar los espacios.
Tanto el director de Only, como el de Comte, no sólo adquieren reconocimiento por la dirección de sus empresas, sino también por ejercer un rol social activo como gestores, hoy los podríamos considerar agentes de cambio ya que desde su hacer dejaron una indeleble huella cultural. Bacsinszky a través de la imponente Feria de América (1954) y Pirovano desde la Comisión Nacional de Cultura (1951-1953), espacio de reflexión acerca de los factores identitarios que constituyen el perfil del país, al cual se invita a talentosos referentes como Maldonado, Borthagaray, Jannello, Alfredo Hlito, Francisco Bullrich y Rafael Iglesias para formar la Subcomisión de Diseño Industrial.
Fuente: Intermitencia, diseño mendocino editado por Wustavo Quiroga y Juan Ruades Fundación del Interior / Fundación IDA.
Imagen de nota: fotografía de la escultura «Villa 1» de Federico Arcidiácono. «Es una acumulación de partes de muebles y otros objetos de madera que he ido juntando».